Si quieres comenzar el año nuevo con la mejor de las suertes puedes realizar, como ya hemos comentado en un post anterior, una serie de rituales para atraer la buena suerte en la última noche del año, suerte que habrá de acompañarnos durante el año que comienza.

Procura tener a mano al menos cuatro velas. Dichas velas han de ser de los siguientes colores: blanca, plateada, dorada y roja, colocadas en alguna especie de altar. Estos colores son importantes pues nos muestran a que parte de nuestra vida regalan su benéfica influencia.

- La vela blanca purifica todo a tu alrededor.

- Las velas plateada y dorada simbolizan el paso a algo mejor, como si la plata se transformara en oro convirtiéndose así en algo más valioso aún.

- La vela roja proporciona vitalidad y energía para llevar a cabo tode este proceso.

Una vez tengas las velas has de esperar a la noche de Fin de Año, en la que comenzarás encendiendo estas velas un par de horas antes de que resuenen las campanadas finales por las calles. Colocadas bien sujetas en el altar, o lugar apropiado para ello, las distribuimos de la siguiente manera: La blanca en el centro, (que estará más alto si es posible), la de color plata a la izquierda, la dorada al otro lado y la roja delante pero un poco más baja que la blanca.

Para encenderlas una vez que están colocadas es conveniente hacerlo siguiendo el sentido típico de las aguas de un reloj, comenzando por la plateada y terminando por la roja. Mientras lo haces, piensa en cosas positivas y en todo aquellos que esperas conseguir en los meses siguientes.

Mantén en esos pensamientos tu mente hasta que hayan pasado al menos 10 o 15 minutos del nuevo año. Apaga entonces las velas utilizando un apagavelas, sin llegar a soplarlas. 

Pídeles tus deseos al fuego de las velas, a su luz, a la magia que encierran. Y sobre todo confía en que la suerte llegará a tu encuentro. Un pensamiento positivo es el primer paso hacia el éxito.